Alta marroquinería de Cartier en versión masculina

En el universo masculino de Cartier, las pieles son una materia viva, que se observa y se toca. La firma Cartier, presente en cada uno de los objetos que designa, consagra con un solo gesto el fondo y la forma, el espíritu y la materia. En el caso de las pieles Cartier, esta firma preside el nacimiento de la Alta marroquinería. Elegantes y sobrios, los bolsos de la colección de Alta Marroquinería para hombre celebran un lujo conocedor, prendado de horizontes lejanos y cercanos, así como de acabados estilosos que definen su atractivo. Objetos de estilo con líneas enérgicas, aderezados con una infinita abundancia de detalles.

Una Alta Marroquinería con pátina de exigencia y unas pieles excepcionales, cortadas en crudo y fileteadas en caliente. El mismo rigor se aplica al confort, con volúmenes concebidos para la vida, que saben hacerse olvidar, y con la elegancia siempre en perspectiva, la de los acabados dibujados hasta convertirse en motivos.

Un bolso, casi un equipaje, de plena piel color caramelo para llevar en la mano. Un bolso para un día o una corta estancia, listo para viajar, con su corte “petate”, flexible y generoso. Creación de taller y de Alta Marroquinería reconocible a simple vista, por el minimalismo aparente de los cortes en crudo, de las asas reforzadas y de los puntos de pasador cosidos a mano en línea de pespunte albardero.

Una obra estética cuya inteligencia se mide por la originalidad de sus flancos ceñidos y concebidos para abrirse y ganar amplitud. ¿Acaso es este el legado de Louis Cartier, la búsqueda constante de la conciliación entre lo práctico y lo estético, máxima expresión de la elegancia?